Muera la Contratitis!
La Principal Fuente de
la Corrupción en México y el Mundo.
Víctor Celorio / 2024
En marzo 18 del 1938, el presidente Lázaro Cárdenas se cansó de pedir a los dueños de las petroleras que pagaran las regalías y los impuestos que les correspondía, conforme a la ley. Por lo tanto tomó una decisión extrema y muy peligrosa; canceló los contratos vigentes y expropió la industria del petróleo. En ese entonces el petróleo era una industria exclusiva de compañías extranjeras -europeas y americanas- y Lázaro Cárdenas estaba consciente que corría el riesgo de provocar una intervención de Estados Unidos. Sin embargo el presidente F.D. Roosevelt tenía sus propios problemas con las petroleras en su país, además de que estaba sacando a Estados Unidos de la Gran Depresión de 1929 y estaba contemplando la amenaza de Hitler. Por lo tanto Roosevelt decidió ignorar las quejas de los petroleros.
Al expropiar esas empresas petroleras, el presidente Cárdenas logró de forma accidental algo de extrema importancia histórica para la nación y le mostró al mundo el rumbo a seguir: los ingresos del petróleo debían quedarse en la nación productora. Así y por primera vez en su historia como país, el gobierno de México tuvo una fuente propia y estable de ingresos.
Como nunca la había tenido.
Desde la independencia ganada a España, los gobiernos de México vivían tan desesperados por dinero que con Santa Anna, (un cínico ladrón, pero muy popular -como Trump-) llegaron al extremo de cobrar impuestos por el número de puertas, de ventanas, de perros y caballos, además de endeudar al país con toda tranquilidad. De hecho, Napoleón utilizó el pretexto de la deuda para invadirnos. Benito Juarez tomó el poder cuando el gobierno estaba en bancarrota, y viajó por el país con una bolsa donde cargaba las finanzas del país entero.
A partir de 1938 el gobierno repentinamente tuvo un ingreso independiente, previsible y constante: una renta extraordinaria que no dependía de los caprichos de los banqueros ni de países ricos. Esa renta permanente se convirtió rápidamente en créditos internacionales para financiar el desarrollo del país, gracias a la garantía que ofrecían los dineros del petróleo.
La perenne falta de fondos derivados de impuestos que los gobiernos exigían pero que no podían cobrar, se convirtió en un problema intrascendente. Gracias a las ventas de petróleo, por fin el gobierno tenía dinero en las arcas para pagar los salarios de sus trabajadores. Y no solamente eso: le sobraban muchos centavos. Y cada día llegaban más...y más, en oleadas crecientes...
Los gobernantes se dieron cuenta que el petróleo proporcionaba los recursos monetarios para ofrecer los grandes avances sociales que habían prometido desde la Guerra de Independencia de 1810, la Revolución de 1910, y sucesivas revueltas. Las fuerzas vivas del país presionaron por su cuota respectiva y en rápida sucesión, el congreso se apuró a ofrecer servicios de salud a los trabajadores (IMSS, 1943) (ISSTE, 1960), educación gratis desde la primaria hasta la nueva y enorme universidad (UNAM, 1954), libros de texto gratuitos (CONALITEG, 1959), precios garantizados en los alimentos (CONASUPO, 1961), comunicaciones modernas (TELMEX, 1947), y muchas Secretarías, carreteras, escuelas, puertos y calles y electrificación en todo el país (CFE, 1959)...
El gasto gubernamental masivo y constante -con el amparo teórico del economista inglés John Maynard Keynes, que estaba de moda en Estados Unidos y Europa- estimuló a su vez una prolongada expansión de la economía nacional que incorporó a millones de campesinos a la clase obrera y luego a la clase media. Ese crecimiento fue visto por el ciudadano común como resultado de una política inteligente del Partido, sin darse cuenta que todo salía de un solo lugar; los pozos del petróleo.
En esa etapa de crecimiento económico encabezado por el PRI, los políticos profesionales aprendieron que no importaba qué filosofías políticas individuales abrazaran en lo personal, siempre y cuando pertenecieran al partido y aceptaran que su forma de vida y sus salarios provenían del petróleo. En el partido tenían la oportunidad de ganarse la vida y de ser respetados.
En ese momento comenzó el desarrollo de los grandes capitales creados por medio de los contratos gubernamentales y de la mordida para los funcionarios que asignaban esos contratos, concesiones y permisos. Los ingresos del petróleo crearon oleadas de millonarios en cada sexenio. Tanto, que llegó el momento en que vivir fuera del presupuesto gubernamental se convirtió en un error existencial para el empresario nacional y por extensión, para la patria entera.
Como consecuencia directa de todo ese gasto del gobierno, se desarrolló la estructura corrupta de la contratitis: los convenios, concesiones y acuerdos otorgados en lo obscurito terminó convirtiéndose en el cáncer que advertí en mi novela El Unicornio Azul, publicada en 1987, y más claramente en mi ensayo político Proyecto México, publicado en 1995. Ese cáncer devora hoy en día desde adentro a los gobiernos del mundo. (El presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower en su discurso de despedida, llamó a la contratitis de su país la amenaza de la “military-industrial complex”.
“In the councils of government, we must guard against the acquisition of unwarranted influence, whether sought or unsought, by the military-industrial complex. The potential for the disastrous rise of misplaced power exists and will persist.” Dwight D. Eisenhower
En una de sus conferencias mañaneras, el presidente López Obrador hizo un comentario acertado: todas las grandes fortunas de México desde mediados del siglo xx se desarrollaron debido no a la explotación del obrero o del campesino (como diría Marx), sino al amparo de los contratos gubernamentales. Este fenómeno ocurre en muchos países. Sigue ocurriendo en Estados Unidos, por ejemplo: solamente hay que ver el crecimiento prodigioso de la fortuna de Elon Musk, y muchos más, gracias a los contratos, beneficios y concesiones gubernamentales.
Unos cuantos años después de la expropiación del petróleo, todos los sectores de la economía mexicana dependían del dinero que recibían del gobierno, desde los periódicos por medio de la publicidad pagada por la administración, las ventas garantizadas, la exención de impuestos, los prestamos suaves y el papel gratis para imprimir, hasta las organizaciones de caridad más remotas y extrañas.
Comunistas, capitalistas, socialistas, incluso anarquistas, tenían un lugar en la mesa para la repartición económica del PRI, sin importar sus creencias políticas: un ejemplo clásico fueron las sucesivas presidencias de Lázaro Cárdenas, que era considerado un socialista, seguida por la presidencia de Manuel Ávila Camacho, un corporativista, y luego la de Miguel Alemán, que era un orgulloso capitalista. El gobierno llegó a ser dueño directo o parcial de cientos de compañías, entre ellas fábricas de bicicletas, por ejemplo.
Todos los sectores anunciaban pertenecer al partido en el timón para poder meter la mano a la misma caja de dinero...
“En el 2008, los ingresos petroleros llegaron a financiar 44 centavos de cada peso gastado por el gobierno federal...” El Economista, Martes 23 de Julio de 2019.
La Solución: WALMART
Para reducir ese asalto a las finanzas publicas por parte de los empresarios y burócratas corruptos, el gobierno mexicano, como el de Estados Unidos, ha implementado soluciones curita, encaminadas más a cerrar la herida, que a prevenirla.
Aquí proponemos una solución que evitaría de raíz y a priori la corrupción que provoca la contratitis.
Walmart y la Corrupción en México
Walmart ha sido condenado varias veces por sobornar a los burócratas mexicanos y del resto del mundo.
En 2019, Walmart fue condenado por el Justice Department de Estados Unidos, a pagar 283 millones de dólares como multa por pagar “mordidas” para conseguir los permisos de construcción para sus tiendas, como parte de lo que se conoce desde entonces como el cartel inmobiliario.
Al darse cuenta de lo fácil que es corromper a los burocratas por medio de la contratitis, y para evitar la corrupción interna en las adquisiciones de productos para sus tiendas, Sam Waltman inventó un mecanismo de compra que resulta ser el antídoto perfecto para la contratitis en México y el mundo.
El Mecanismo de Compra de Walmart.
Tradicionalmente, el mecanismo de compra funciona de forma progresiva y lineal: el comprador (el gobierno) publica una convocatoria con las bases de los productos o servicios que necesita adquirir, y los vendedores hacen su oferta y fijan sus precios de venta final.
A ese sistema tradicional de compras se le llama esquema de empuje, donde el fabricante produce un producto o servicio y luego sale a venderlo -empujarlo- buscando el mejor trato comercial.
Waltman se dio cuenta que su negocio tenía una capacidad de negociación poco común por lo enorme del tamaño de los pedidos que hacía su red de tiendas, cada vez más grande.
Las compras de Walmart son a escalas gigantescas. Y no son de un evento o de un producto; son constantes y de todos lo productos que ofrece la cadena de tiendas.
Economías de escala de Walmart
La estrategia comercial de Walmart se basa en el concepto de economías de escala. La empresa aprovecha su tamaño para ofrecer a los clientes precios reducidos mediante la compra de productos al por mayor de los proveedores, la negociación de precios más bajos que los que pueden ofrecer los competidores más pequeños y la distribución de los costos de mano de obra en varias tiendas.
https://pricinginsight.com.au/walmarts-pricing-strategy/#:~:text=Low%20Price%20Leadership,products%20at%20everyday%20low%20prices.
Walmart decidió que un comprador de su tamaño tenía el poder para fijar los precios de compra de los productos que vende en sus tiendas.
Así, Walmart inventó las compras de jalón, donde el comprador determina qué productos se están vendiendo y el mejor precio para venderlos, y luego busca un fabricante que pueda satisfacer esa demanda.
Este fue y sigue siendo un concepto espectacularmente eficaz para reducir los precios de los productos. Su efecto inmediato fue aumentar la capacidad de compra de los clientes en sus tiendas, que provenían principalmente de las clases trabajadoras, al ofrecerles generalmente los precios más bajos del mercado.
De repente, un obrero en México podía comprar una mesa de comedor sin endeudarse por años, por ejemplo.
El sistema de jalón funciona así, por poner un ejemplo sencillo: en alguna parte del mundo existe un fabricante de extensiones eléctricas. Sus ventas anuales son de un millón de cables a 5 dólares cada uno, puesto a pie de planta. Después de las costos de transporte, almacenaje y distribución de los distribuidores mayoristas y los minoristas, el cliente final paga normalmente 15 dólares por cada extensión.
Con su sistema de jalón, antes que nada Walmart estudia la capacidad de producción de cada empresa y sus costos de fabricación: después hace un pedido de 100 millones de cables, (el equivalente a 100 años de ventas para la fábrica) pero ofrece pagar solamente 3 dolares por cada cable. En su estudio de la capacidad de producción de la compañía de cables, Walmart ya consideró los costos del fabricante e indexó un margen de utilidad suficiente basado en el volumen total de la compra.
El fabricante se da cuenta que con ese pedido tiene una venta garantizada por el equivalente a cien años de su producción normal, por lo menos, y sus ingresos de acuerdo a la oferta de Walmart no solamente cubren sus costos; también le dejan un margen de ganancia que es limitado al 30%, pero debido al volumen de compra significan un ingreso total muy impresionante (por lo menos 100 millones de dólares).
Walmart absorbe los costos de distribución y almacenaje y distribuye las extensiones entre sus 10,500 tiendas (9,500 cables por tienda): vende los 100 millones de cables a $3.5 dolares en unas horas, y gana $50 millones en un día o dos.
El consumidor gana porque su capacidad de compra se incrementa al instante.
El productor gana porque tiene garantizados el equivalente a muchos años de ventas, con una ganancia muy saludable.
Walmart gana con el margen de la venta rápida.
Sus empleados ganan al tener trabajo e ingreso estable.
El gobierno gana porque recibe impuestos cada vez mayores de todas las partes.
Las Compras del Gobierno.
El presidente López Obrador ha declarado muchas veces que el objetivo principal de su gobierno es la erradicación de la corrupción. Y para lograrlo hasta ahora ha venido manejando la asignación de los recursos de una forma personal y sin duda ha logrado reducir la corrupción pequeña, pero el presidente necesita estructurar sus avances para que la corrupción a lo grande pueda ser controlada y no se pierda lo que ha logrado hasta hoy, debido a los cambios de sexenio.
Hasta ahora, la Contratitis, sigue siendo la mayor fuente de corrupción del gobierno. Los remedios implementados y sugeridos se han concentrado en el lado punitivo, y no en el preventivo, como lo demuestran los intentos para construir un sistema de compras transparente y público.
El día de hoy, el gobierno saca una licitación en su plataforma pública y los vendedores de ese producto hacen sus ofertas. En ese preciso instante desaparece la capacidad de negociación del gobierno, porque la administración solamente puede elegir entre lo que le ofrecen y nada más. Finalmente deja las decisiones finales en las manos de burócratas selectos que deciden a quién le asignan los contratos, en base a la supuesta mejor oferta.
Ese sistema permite que los oferentes puedan inflar sus precios, permite hacer simulaciones de empresas competidoras, aunque pertenezcan al mismo grupo de gente, y permite crear empresas de un día para otro, para ofrecer las mejores condiciones conforme a la licitación a pesar de que las empresas no tengan la mínima experiencia y a veces ni siquiera oficinas ni empleados... y permite que los burócratas pidan su mochada por asignar los contratos. -El hermano de Carlos Salinas se hizo famoso por pedir el 10% de comisión-
Las Mismas Condiciones
El gobierno mexicano tiene las mismas condiciones y ventajas como comprador que tiene Walmart: su enorme capacidad de compra y de paga. Debido a su masiva capacidad de compra el gobierno puede imponer sus reglas y exigir y recibir precios reducidos.
Y también puede y debe aplicar las condiciones de compra que aplica Walmart, con auditorias obligatorias, inspecciones y comprobaciones, antes de hacer los pedidos y no después.
Auditorías, Certificaciones y Ensayos
Hacer negocios con Walmart requiere que sus productos, instalaciones y registros estén disponibles para auditorías, inspecciones y pruebas. Debe obtener las auditorías, inspecciones y pruebas requeridas de acuerdo con la política de Walmart y proporcionar los resultados a Walmart, colaborando con Walmart para resolver cualquier problema.
Dependiendo de su producto, es posible que deba obtener una combinación de las siguientes auditorías:
Todo esto el presidente López Obrador lo puede implementar en sus últimos meses en el poder por medio de un sencillo cambio a los reglamentos y estructura de compras del gobierno para incorporar una política de compras similar a la que inventó Walmart hace medio siglo.
Para seguir con el ejemplo, el gobierno podría crear un departamento exclusivo para crear una base de datos con la información de los productores de México y el mundo. Y luego de examinar sus capacidades de producción, el gobierno puede comprar el producto o el servicio que necesita, al productor indicado, aplicando un precio justo.
Y para que el sistema sea aún más honesto, la selección final puede ser hecha a ciegas, en base a un comparativo donde un panel de expertos NO sepan quienes son los fabricantes. Sabrán solamente que las empresas A, B, y C, tienen realmente la capacidad, la experiencia y los medios para satisfacer los pedidos sin fallas ni retrasos. De esa forma se disminuyen las tentaciones de la corrupción.
A pesar de estas precauciones, los castigos para los servidores públicos que encuentren la forma de ser corruptos deberán ser mucho más severos de lo que son hoy, debido al daño que le hacen al país que va mucho más allá de la cantidad de dinero que se roban.
Ese sería el primer paso para eliminar finalmente la contratitis que corrompe por dentro a las instituciones gubernamentales de México (y en todo el mundo).